Un cortometraje animado protagonizado por robots es la última creación de la compañía de efectos visuales Big Lazy Robot, con la que se hace una crítica a lo que se conoce como obsolescencia programada - hacer ver que ciertos gadgets ya son inútiles por el lanzamiento de un nuevo modelo - y a la sociedad de consumo en la que vivimos.
En el vídeo se ve un puñado de robots automatizados con sus teléfonos móviles similares a un iPhone, que caminan por inercia siguiendo a los demás pero sin levantar su mirada de la pantalla del dispositivo. Esto solo lo hacen cuando un robot mayor llega a descomponeros para que después se pueda vender un nuevo modelo. Para los realizadores de este cortometraje, no es más que una aceptación de la sociedad en que vivimos, ya que "nuestra felicidad se basa en cosas que no necesitamos y que se rigen por entidades que no controlamos".
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